No importa el tipo de seguro que contrates, debes tenerlo al día y sobre todo a quiénes designas como beneficiarios.
Si tuvieras un imprevisto económico, ¿tendrías la capacidad financiera para resolverlo? ¿Podrías cubrir un gasto importante de inmediato?
No es necesario que conozcas todas las palabras que se manejan en el sector, pero al menos las principales.
Cobertura: Es el riesgo por el que contratas el seguro y por el que te protegerá en caso de que suceda.
Póliza: Es el contrato en donde se localizan todas las clausulas y condiciones del seguro.
Suma asegurada: Es la cantidad máxima que te pagarán en caso de que ocurra el siniestro cubierto.
Prima: Se refiere al costo del seguro
Recuerda que existe una gran diversidad de seguros como los de desempleo, gastos médicos, autos, inmuebles y muchos más, así que debes de priorizar tus necesidades y determina qué bienes o quiénes son los vulnerables.
Debes de tomar en cuenta si tienes hijos pequeños o estás estudiando, si eres casado, cuánto ingreso además del tuyo estarán invirtiendo.
Se sugiere que la cobertura se encuentre entre cinco y ocho veces tu ingreso actual.
Administra tus ingresos y determina cuánto podrías pagar por un seguro.
Las aseguradoras, pueden ser un banco o una institución especializada, compara la trayectoria, la presencia que tenga en el país, sus precios y en qué se especializan. Además considera si cuentan con sucursales, sitio de web y Call Center en donde te puedan atender en caso de que lo requieras. Finalmente realiza una evaluación de las ventajas y desventajas de cada aseguradora y el seguro que te interesa.
Ten presente que existen diferentes seguros y microseguros en el mercado los cuales se adaptan a tus necesidades y presupuesto, busca planes que no afecten a tus gastos básicos.
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1. Conoce la cobertura del seguro. Analiza los escenarios que cubre y qué es lo que se está asegurando.
2. Pregunta el costo total. Revisa si está dentro de tus posibilidades el contratarlo. Lo recomendable es comparar con seguros similares y decidir cuál es el que mejor te conviene.
3. Solicita la documentación contractual. En ella se encuentra la descripción detallada del seguro contratado, sus exclusiones y en qué casos se puede cancelar o incrementar.
4. Verifica el contrato. Checa que contenga todos los beneficios que fueron ofrecidos, ya que en caso de reclamación, solo los que estén por escrito podrán ser reclamables.
5. Conocer la vigencia del seguro. Es importante conocer el tiempo por el que se está contratando el seguro, pues algunos eventos tienen periodos de espera para hacer efectiva la reclamación de la suma asegurada.
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